jueves, 9 de diciembre de 2010

Sistemas Emergentes: Refutación del modelo emergente aplicado al comedor de la Facultad de Psicología

Mediante el análisis correspondiente al modelo de sistemas emergentes desarrollado por Steve Johnson (2003), en su obra “Sistemas emergentes: o qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software”, el presente trabajo pretende refutar la hipótesis de que la dinámica de interacción en el nuevo comedor de la Facultad de Psicología en Ciudad Universitaria, UNAM, corresponde a las características de un sistema emergente, o de una conducta emergente, y por lo tanto, no es analizable desde la perspectiva de este modelo. Johnson desarrolla distintos casos para ejemplificar sistemas cuya conducta global (macroconducta), aparentemente inteligente, se desarrolla descentralizadamente; es decir, sin un “marcapasos” que establezca, dirija o regule las conductas individuales (microconductas) para resolver distintos problemas. De acuerdo al autor, las características principales para establecer un sistema emergente son que:
1.    La macroconducta del sistema se desarrolla descentralizadamente. No existe un dispositivo central que regule la conducta de los miembros del sistema.
2.    La macroconducta del sistema es sólo evidente cuando se observa al sistema en su totalidad. Los miembros del sistema no poseen por sí mismos los lineamientos para llevar a cabo la actividad global.
3.    La macroconducta del sistema se regula por un proceso de retroalimentación local de cada uno de los miembros. Los miembros del sistema no tienen acceso a la información del estado global del mismo. No son, ni necesitan ser conscientes de dicha información para llevar a cabo las conductas particulares que en conjunto convergen en una macroconducta observable.
4.    La macroconducta se autorregula y autoorganiza mediante el establecimiento de patrones probabilísticos sobre qué deben hacer sus miembros, resultado de la retroalimentación e intercambio horizontal de información entre ellos. El establecimiento de nuevos patrones y de la resultante autoorganización del sistema produce el aprendizaje suficiente para adaptarse a las circunstancias.
Tras dos observaciones minuciosas y sistemáticas de sesenta minutos cada una (la primera realizada a las 11 h. y la segunda realizada a las 17 h.), el autor del presente trabajo logró percatarse de que a simple vista no se presenta ningún caso de conducta emergente dentro de la dinámica de interacción en el comedor. Pareciera que todos los individuos se mantienen ocupados en sus propios asuntos y las distintas agrupaciones  (en su mayoría preestablecidas antes de llegar al lugar) mantienen una interacción aislada de las demás agrupaciones. No se percibe ningún patrón aparente de conducta y cada agrupación mantiene finalidades diversas para estar ahí. Ya sea la comunicación entre pares, compra e ingesta de alimentos y bebidas, organización de labores escolares, lúdica, o alguna combinación de éstos, no existe patrón unificado de actividad emergente ni organización aparente.
A continuación, siguiendo los lineamientos del modelo emergente, estableceremos las posibles causas que impiden que la dinámica de interacción en el comedor pueda (siquiera) considerarse como candidato a presentar alguna vez conductas emergentes autoorganizadas:
·         No existe el proceso de retroalimentación necesario entre los miembros del sistema para que el flujo de información sea tal, que se puedan crear patrones probabilísticos de conducta. Principalmente, por dos razones:
1)    La interacción no ocurre de manera aleatoria, los miembros interactúan específicamente con los miembros de las agrupaciones en que se encuentran, lo cual aísla el flujo de información entre todos los miembros del comedor.
2)    La comunicación no es horizontal ni exclusivamente local, varios elementos pueden intercambiar información  simultáneamente y permanecer en contacto con todos los miembros de las agrupaciones, teniendo constante consciencia de la situación global de su agrupación.
·         La diversidad de finalidades entre los miembros y la constante entrada y salida de los mismos al comedor impide la unificación de tareas y el establecimiento de patrones de conducta compartidos que pudieran permanecer y ser transmitidos posteriormente.
A manera de conclusión, el autor quisiera postular que, a menos de que el sistema favoreciera que los miembros permanecieran el tiempo suficiente para transmitir la información, y éstos tuvieran finalidades compartidas dentro del comedor, jamás podrá presentarse patrón emergente alguno dentro del área. El área de comida de la Facultad de Psicología no coincide con el modelo de sistemas emergentes.
Referencia
Johnson, S. (2003). Sistemas emergentes: o qué tienen en común hormigas, ciudades, neuronas y software. México: FCE.

¿Y la Psicología qué?: Contestación al trabajo “Transdisciplina, para pasar del saber al comprender” de Mandred Max-Neef, desde la disciplina Psicológica

Hablo en nombre de mí mismo, y de lo que he aprendido a lo largo de dos años y medio en la carrera de Psicología. Hablo en nombre de la poca Psicología Social que conozco pero que elegí como medio para ayudar a poner mi grano de arena en el cambio social. Quino, para los que tuvieron la oportunidad de leer su obra maestra: Mafalda, dice que si uno no se apura a cambiar el mundo, será el mundo quien acabará por cambiarlo a uno, y hasta ahora, la vida no ha podido reprimir en mí la percepción de que algo no está bien con esta forma en la que vivimos.
Max-Neef habló desde la economía para criticar la manera en que las universidades promueven la visión un mundo no humano que existe fundamentalmente para el uso y la explotación del hombre. Repasando la jurisprudencia, y las tradiciones religiosas occidentales, el autor evidencia deprimentemente que desde la revolución científica en el s. XVII, nos estamos acabando la Tierra.


El olvido de los anhelos vocacionales
Me toca a mí hablar desde la disciplina Psicológica. Los ideales mecanicistas y neoliberalistas se ven reflejados tanto en mi vida cotidiana como en mi Plan de Estudios. La gran mayoría de los estudiantes sigue optando por líneas terminales remunerables en vez de dedicarse a aquello que en realidad encuentran interesante. Esto es una realidad no sólo de mi Facultad, sino de la educación de mi país en general. Nosotros los jóvenes, tendemos a sentirnos atraídos, no hacia aquello que enriquezca nuestro espíritu, sino hacia aquello que nos llene mejor el bolsillo. Importante: no ignoro la realidad económica del país, ni  las condiciones actuales del mercado laboral, hay que tener de dónde comer. Sin embargo, la excesiva preocupación por tener un buen sueldo (alimentada por las exigencias sociales de nuestro sistema capitalista neoliberal) hace que la visión de los estudiantes se opaque, y promovamos la explotación terrestre en pro del enriquecimiento personal.
La sociedad nos exige que los estudiantes salgamos a trabajar tan pronto terminemos los semestres correspondientes. Entre más pronto nos titulemos mejor. Por eso algunos de mis amigos optan por temas de tesis sencillos, o mejor aún, deciden que la tesis es demasiado trabajo y prefieren estudiar para un examen de conocimientos. Muchos otros ni siquiera se titulan porque las condiciones les exigen que ejerzan como pasantes. Reitero, mi crítica no es hacia los estudiantes que deciden hacer examen, ni hacia aquellos pasantes que trabajan lo más pronto posible; mi crítica es hacia la tendencia de siempre buscar el camino corto, descuidando aspectos como la ética, la situación del planeta, y los verdaderos anhelos vocacionales del individuo, que muchas veces se ven replegados a “lo que quería ser de niño pero que nunca hice porque tuve que ponerme a trabajar” o “aquello que me gustaba hacer pero que cambié por algo mejor pagado”.
Alguna vez me tocó escuchar al buen Pablo Fernández decir que “Esta generación de desempleo es más difícil. Hoy en día los estudiantes están más preocupados en estudiar materias que aunque no les gusten, se toman con la intención de obtener trabajo, y el estudio de la Psicología pasa a segundo término”. Su argumento era que de conseguir, o no, trabajo de psicólogos, la Psicología es interesante, y el conocimiento en sí mismo y la universidad son interesantes. “Si uno puede lograr hacer que la realidad, que la Psicología sea interesante, independientemente si de eso vaya a vivir o no vivir, con eso ya tiene uno un logro gigantesco para el resto de su vida” A esto me refiero cuando hablo de la reivindicación de los anhelos vocacionales.

Los eternos debates que impiden la culminación de la transdisciplina
Con respecto a lo otro, la ética y la situación del planeta, pareciera que mi disciplina sigue en los mismos debates de la época de Descartes: si la mente y el cuerpo son lo mismo, o cosas separadas; o del siglo pasado: si la Psicología es ciencia natural o social. Nuestras tradiciones están peleadas, y no logramos converger en casi nada, salvo que el humano piensa (por fin nos dieron la razón los conductistas y se volvieron “cognitivo-conductuales”). Las mismas teorías de una sola tradición se ven feo, y nunca falta el profe que descalifica los demás profes diciendo que su materia es la única de verdad, y que las demás son sólo palabrerías. No hemos logrado la transdisciplinareidad.
Así, cuestiones como si el conocimiento psicológico se aplica éticamente o si nuestras aportaciones verdaderamente afectan el devenir del mundo para bien, pasan a segundo término. No hemos logrado comprender que las cosas no son así: no existe un mejor método, o una mejor teoría. Existe una diversidad inmensa, pero nuestro sistema educativo y laboral nos exige a especializarnos, dejando de lado, no sólo lo que nos gusta (como ya expliqué en el apartado anterior), sino también lo que nos pudiera servir como puntos alternativos de vista. El eclecticismo es duramente castigado en mi facultad, y mi postura no es alentarlo, del eclecticismo (a mi parecer, resultado de una imposibilidad para unificar el conocimiento) a la transdisciplina hay un gigantesco paso. Sin embargo, el hecho de que desde pequeños (primer semestre), la gran mayoría de los profesores no alienten la exploración de otras teorías, sesga nuestro entendimiento del mundo y de la realidad psicológica.

Conclusiones
No toda la Facultad es así. Inclusive, la reestructuración del Plan de Estudios a su versión actual (2008) es un ejemplo magnífico del esfuerzo por cambiar el esquema tradicional. Los estudiantes no nos atiborramos de materias de corte conductista desde los primeros semestres y tenemos, más bien, acceso a distintas tradiciones desde un inicio. Tenemos materias denominadas “Contextuales” donde el sistema educativo busca recuperar la importancia de la ética (Ética Profesional), la transdisciplina (Transdisciplina I y II), y otras áreas científicas y socialmente polémicas relevantes (Conocimiento de Frontera I y II).
            Aún así, el cambio de plan no es suficiente por sí mismo. No explicitaré reiteradamente que “lo que necesitamos es crear consciencia”, como lo hace todo el mundo que se queja de las problemáticas actuales. Además, si algo he aprendido a lo largo de mi estancia aquí, es que todos los cambios sociales (de creencias, actitudes, paradigmas) toman mucho tiempo. Mi trabajo no dice otra cosa que antes no se haya dicho, ni propone nada que antes no se haya propuesto, es simplemente una crítica personal hacia la manera en que estudiamos dentro de mi facultad, y que espero sirva como otro grano de arena en esta pretensión por reivindicar los verdaderos intereses y vocaciones de los estudiantes, y la importancia de lograr romper con el esquema monista teórico-metodológico para lograr la sincera comprensión de lo humano, con el único fin de reeorientarlo para integrarlo nuevamente a la naturaleza de donde surgió y perder así, en palabras de Erich Fromm, el miedo a la libertad.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Orisai's Back! : Desmontaje Hecho en CU

Regreso a ustedes!
Por fin, después de tantas semanas de no escribir nada (y no he escrito nada, créanme, ni siquiera las entradas que les prometí) regreso a ustedes con varias cosas que he presenciado a lo largo del semestre. Espero que esta vez pueda dosificarlas una a una. Comienzo pues, publicando la reseña de una obra que acabo de ver hace 9 días: Desmontaje Hecho en CU. Una vez más, y para frustración mía, el post (como la mayoría de las cosas que publicaré próximamente) es una reseña, no una invitación, pues la obra ya salió de temporada. Espero dejar las reseñas de cosas que ya están muertas, o que se volvieron a dormir, y que una vez termine con las que tengo pendiente, pueda publicar más bien invitaciones. Se las dejo:

Desmontaje Hecho en CU


















Tenía ganas de verla hace bastante, pero de una u otra forma siempre me quedaba con las ganas. El argumento que leí en la difusión me pareció muy interesante, saber que el elenco iba a estar conformado por alumnos y pasantes de la FFyL ayudó, y conocer el foro donde se presentaría fue decisivo. Desmontaje Hecho en CU de Alberto Villareal se presentó durante la temporada de otoño en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario.

Como a pesar de ser entrada libre, tenía cupo limitado, había que formarse desde mucho antes y a veces ni así uno alcanzaba lugar para entrar.

Sobre el escenario: al fondo, un conjunto con un chelista, un tecladista y un baterista; tenían bailarina. Al frente, varias sillas apostadas en dos hileras. En la pared sobre el conjunto se proyectaron diversos mensajes durante toda la puesta en escena.

La banda comienza a tocar, la bailarina a bailar. Es una música bastante movida. Los actores, todos jóvenes universitarios, comienzan a caminar rápidamente y a llenar sus lugares y a levantarse. Cabecean exageradamente al ritmo de la música, están muy emocionados, y parece que todos van en cámara rápida. Hay una pareja de universitarios que no va tan rápido, caminan de la mano observando a todo el público que se ha presentado, la chica arrastra un carrito que guarda varios juguetes. Entonces, la música para, y los estudiantes (interpretados por los actores) comienzan a hablar: se hace el Primer Manifiesto Oficial de los Derechos Fundamentales de los Espectadores de Teatro. Como preámbulo a la obra, los estudiantes promulgan los Derechos Fundamentales de los Espectadores de Teatro. En total, se llevan como 15 minutos en todo el preámbulo. Además, aprovechan para, por treinta segundos, expresar todo su aprecio al público, inmediatamente seguidos por cinco minutos de odio. Después, se retiran.


Como anunciaron durante el preámbulo, la obra no trata específicamente de nada. Es más como discurso (entiéndase discurso como mensaje, no como monólogo extenso y aburrido) sobre diversos elementos de la Universidad apoyado con música de fondo, coreografías teatrales, mensajes proyectados sobre la pared y, por supuesto, los diálogos de los actores, quienes en realidad casi nunca se hablan entre sí, sino se dirigen al público. El discurso abarca cuestiones como: la composición organizacional, institucional, geográfica, tipo-demográfica de la UNAM; los buenos y malos lugares para comer; historia del movimiento estudiantil del sesenta y ocho, y la situación actual de los jóvenes en el país.





Dado su carácter discursivo, no narrativo, es difícil establecer un resumen lineal de la trama. Sin embargo, trataré de detallar un poco sobre el argumento, dado que esta puesta en escena ya salió de temporada.


Preámbulo

Durante el preámbulo se estableció (a modo de broma, espero) que la obra iba dirigida no al público general en sí, sino a los padres de los estudiantes. Creo, más bien, que la intención de decir esto era causar risas entre los espectadores y criticar el hecho de que al teatro no va la sociedad sino sólo los amigos y familiares de los artistas y realizadores. Se protestó contra el hecho de que si bien, había derechos para los estudiantes, trabajadores e incluso ancianos, debería haber derechos para los espectadores, actores, para los tramoyistas, directores, productores (en estos dos últimos, creo, no hicieron buena cara), para los músicos, los bateristas, los tecladistas, los violonchelistas, las bailarinas. Colocaron una urna al frente y comenzaron a leer propuestas para establecer los derechos del público. Pasaron varias, negaron otras (por ilógicas), y casi todas las re-dirigieron a los administrativos (porque no les correspondía a los actores establecer si se podía comer dentro del escenario) [No debe hacérseme mucho caso, no recuerdo bien las propuestas. La anterior, bien podría ser un ejemplo míos que saqué de quién sabe dónde pero que ejemplifica el tipo de propuestas que fueron negadas o redirigidas]. Se hizo una rápida mención de todos los aspectos que abarcaría la obra después de anunciar que no trataría de nada y después se escuchó por parte de uno de los actores: “Tienen treinta segundos para demostrar su amor al público”. Durante todo esto, la música de la banda fue alegre e incluso solemne. Entonces se escuchó: “Ahora, tienen cinco minutos para demostrar su odio”. Por supuesto, la música cambió radicalmente, se volvió pesada, incluso metalera.

Composición organizacional, institucional, geográfica y tipo-demográfica de la UNAM

No me había dado cuenta, justo en el centro de la banda, donde en otras situaciones debiera estar el vocalista, había un modelo a escala de la rectoría que brillaba en la oscuridad. Los actores comenzaron a levantar las sillas y, uno a uno, los fueron llamando para ocupar el lugar que les correspondía dentro del campus central de Ciudad Universitaria. Una a una, cada facultad fue tomando su lugar, y cuando el estudiante se colocaban, declaraba en voz muy alta todas las carreras que se impartían en la misma. De las facultades pasaron a los institutos, las direcciones y los edificios administrativos. Se enunciaron todos los elementos que las conformaban, y en esto se tardaron un buen rato que quedó muy bien ambientado por la música y el dinamismo de los actores. Una vez terminaron, se proyectó sobre la pared la cantidad de alumnos, de cubículos, de institutos, facultades y otros datos que conformaban la Universidad.
Después, tal y como se había anunciado en el preámbulo, se procedió a explicar la composición tipo-demográfica de la UNAM: se hizo una analogía de las castas coloniales en la Nueva España, comparándolas con las castas actuales en la Universidad. Para esto, primero se repasó por completo los resultados de las uniones hombre español – mujer indígena, mulato – esclavo, indígena – saltapatrás, etc. Al frente del escenario, cada actor personificaba muy brevemente cada papel. Se veían: el hombre, la mujer y el resultado de la cruza. Iban y venían corriendo para ocupar sus lugares. Después se explicaron las castas en la UNAM y los resultados de las cruzas entre alumno – administrativo, profesor – director, porro – melavivoenlasislas, rector – Seguridad UNAM, entre muchas, muchas otras.

Los lugares buenos para comer, y los no tan buenos

A todos los lugares que mencionaron les encontraron un pro y un pero. La dinámica era la siguiente: uno a uno, tal y como en las facultades e institutos, los estudiantes eran llamados simbolizando un establecimiento de comida en CU. Hacían una breve descripción de lo que mejor los caracterizaba y mencionaban el “Costo Real”, esto es, lo que en verdad había que pagar (o hacer) para comer ahí. Se mencionaron, por supuesto: Las cafeterías de Filosofía y Arquitectura, el Psicotaco de Psicología, los puestos de comida de Química y Medicina, los tacos de canasta, entre muchos, muchos otros (que ya no recuerdo). Los costos reales de cada lugar eran muy diversos: había, por ejemplo, que tener suficiente dinero para pagar la excesiva cuenta (como en el Azul y Oro), o bien, soportar la tierrita de los tacos de Psicología, o saber encontrar a los señores de los tacos de canasta.

Movimiento Estudiantil del 68 y Situación de los Jóvenes en el País

Se hizo una narración, apoyada con música y elementos coreográficos de los sucesos que transcurrieron en los seis meses del movimiento estudiantil. Cuando comenzaron con la situación de los jóvenes, se proyectaron sobre la pared diversos datos estadísticos sobre la cantidad de jóvenes que no estudian, que no trabajan, que no llegan a la licenciatura, bachillerato, etc. Mientras tanto, los actores realizaban una coreografía teatral (con música de fondo) representando los jóvenes que trabajan en las manufactureras.

Otros elementos que ya no recuerdo bien pero que son igual de importantes

Igualmente, a manera de discurso coral y coreografía teatral, se mencionan las cuestiones que impiden que la UNAM se desarrolle como debería, y se exponen las distintas excusas que los jóvenes dan sólo por el hecho de ser jóvenes y que impiden su desarrollo, y el de la sociedad.

Pasando a otra temática, se hace mención de los Consejos a los Políticos para gobernar bien y se hace una representación a manera de video de Britney Spears (así lo anunciaron en el preámbulo) de la historia de la fundación de la Universidad.

Lo que no me gustó de la obra

Que hubo sabotaje por parte de los técnicos: en repetidas ocasiones, apagaban el micrófono por el cual hablaban algunos actores al enunciar elementos del discurso. Se veía que era intencionado porque sucedía solamente con ciertos actores, y la cuestión era, que el conjunto llegaba a comerse a los actores en algunas ocasiones.

Lo que me gustó de la obra


Que es muy divertida, y más al ser universitario, y que tiene un fundamento crítico muy importante. Estás completamente situado en contexto con las situaciones que se plantean en el argumento. Te tocan las estadísticas, las castas y las excusas que damos los jóvenes.




La obra es como un tour por CU, un tour audiovisual lleno de dinamismos y música. Tengo entendido, que además de entretener, el propósito fundamental de los realizadores era fundamentar el sentido del ser universitario, y hacer una crítica hacia las responsabilidades y obligaciones que tenemos para con la Universidad y la sociedad en general, por formar parte de algo tan grande e importante como la UNAM. La obra queda completamente ad hoc a la celebración de los cien años de la Universidad.

Conclusiones

A pesar del sabotaje técnico y de que, por lo mismo, la música se llegó a comer a los actores, la obra valió la pena completamente. Intenté verla nuevamente (en la última función) pero ahora sí, no alcancé lugar. Incluso formé parte de la muchedumbre que reclamó no se le diera acceso porque se habían colado bastantes que no estaban formados y que tampoco habían alcanzado ficha, con el mismo derecho, por lo tanto, de entrar como nosotros. Fue tal nuestra insistencia que resolvimos proporcionar nuestro nombre completo y correo electrónico para que se nos avisara e invitase personalmente si se hacía una nueva función fuera de temporada. Sólo me resta decir, para finalizar, que sería feliz participando en proyectos así.


viernes, 24 de septiembre de 2010

Netafísica

La netafísica es la rama de la pseudofilosofía que estudia las netas alcanzadas por el Ser. A diferencia de otras disciplinas, la Netafísica no busca ni el consenso ni el reconocimiento internacional de la validez en su contenido. La Netafísica es una verdad axiomática por sí misma, a menos de que se demuestre que no. Cuestionable, y sobre todo, contraargumentable, la netafísica no es falsa ni cierta, sino todo lo contrario. Es y se sostiene por una serie de razonamientos de método chaquetológico, igual que el monólogo de un comediante. Sin embargo, adiferencia del discurso cómico, que es en sí una praxis, el debraye netafísico no tiene aplicación en la realidad. Es simplemente una serie de pensamientos fumados aún más agradables que el discurso religioso, que por lo menos, no cobra cuota semanal (es gratuito).
El verdadero netafísico jamás se documenta al respecto de lo que dice, o si lo hace, procura leer solamente, o bien la parte de atrás de los libros (contraportada), o bien las primeras dos páginas de la introducción. Desarrollan teorías a partir del sinsentido común y a cada rato están señalando hechos de la vida cotidiana como evidencia empírica de su teoría.
Odiados por los científicos, filósofos y teóricos serios, los netafísicos (involución directa de los Sofistas griegos) suelen encontrasre en las aulas de las universidades, y siempre terminan sus conversaciones o ponencias con moralejas existencialistas.
Quién sabe, a lo mejor tú eres un netafísico y no te has dado cuenta. Sal del clóset, no pasa nada. No pasa de que la comunidad científica nunca te tome en cuenta. Pero ¿qué importa la opinión de un grupo de aburridos estudiosos de la realidad consensuada? La Netafísica es ante todo un placer, un gusto por encontrar la verdad en cada caja de cereal o en cada interpretación de las formas en las nubes. Si eres un netafísico, y aún no has encontrado tu neta, búscala y no temas. Ya encontrarás un grupo de fans que te siga, tal y como todos los que me están leyendo en este momento y creen cada palabra de lo que digo.


lunes, 20 de septiembre de 2010

Reseña de Emergencia: Hasta que la risa no se pare

El día de hoy, mi amigo Daniel me invitó a una puesta en escena titulada Hasta que la risa no se pare, dirigida por Carlos Ignacio, en el Teatro Juventud. Realmente, el recinto es vasto. Tanto en el área de butacas como en el escenario. Con la mitad del mismo basta y sobra para montar una de las obras del Club de Teatro de la Facultad de Psicología. Los presentadores tardaron bastante en dar las llamadas, hay gente de todas las edades, mayoritariamente vecinos de la zona que llenan por completo el teatro. Cuando se abre el telón, caigo en cuenta del nivel de producción que trae la obra tras de sí: escenografía elaborada, micrófonos ambientales (normalmente criticaría el hecho de que el actor no pudiera bastarse de su voz, pero el auditorio es enorme y vociferar le quitaría el toque), y –aquí entramos en peros– un elenco compuesto por actrices edecanes y actores carismáticos. No malos, pero decir que son de televisa confirma mis sospechas con respecto al dinero que está invertido. Incluso, para telonear, se escucha un corrido compuesto para la obra misma. A juzgar por estos aspectos, la obra promete. Y cumple, al menos, al público presente. Encontramos todos los elementos característicos de los sketches del 2 o del 9: chistes de doble sentido, albures, juegos de palabras y varias referencias locales que sólo los mexicanos entendemos. Brevemente, la historia se resume en la aventura en que se meten dos hombres casados –uno, el típico galán infiel, y el otro, el típico mojigato inocente– cuando sus esposas salen de viaje y ellos deciden contratar a dos sexoservidoras para divertirse. El conflicto surge cuando las esposas regresan prematuramente y se dan cuenta de las intenciones de los maridos, por lo cual, deciden disfrazarse de las trabajadoras sociales y entre vengarse, entre divertirse con ellos. Tenía mucho que no iba a una comedia en forma. El estilo de actuación es inconfundible: los actores se dirigen constantemente al público, divirtiéndolo, actuando con él. La mayor parte de los chistes son contados en posición abierta (de frente) para que todos los veamos. Sin embargo, desde un punto de vista exigente (mas no experto), el discurso es un poco bobo, rayando en lo simple. Lo mejor de todo no es en sí la trama, sino la cantidad de salvadas e improvisaciones que se echan los actores y actrices para satisfacer, no al público, sino a ellos mismos, que se la están pasando genial allá arriba. El público está complacido cuando la puesta en escena termina. , y todos aplauden. Para los no muy exigentes a la hora de reír, fue un buen rato.

Sabor Amargo

A todos los que me acompañaron a ver Sabor Amargo de Estela Leñero les hice la siguiente advertencia: "De no apurarnos, es posible que no alcancemos boletos. El domingo es la última función y las entradas sólo pueden conseguirse hasta ese día, no hay reservaciones ni pre-venta. Además, somos muchos, y no quiero que nadie se quede fuera". Afortunadamente, todos me hicieron caso y llegamos más o menos a la hora que tenía previsto: 90 minutos antes para comprar las entradas. Nadie llegó por su parte, aunque el Teatro Sergio Magaña no está muy escondido, no quise correr riesgos y los esperé a todos en el Metro San Cosme. No esperaba que el lugar estuviera tan vacío cuando llegamos, nos apresuramos a comprar los boletos y, dicho y hecho, el lugar se llenó de gente por ahí de las 5:30. Al ser última función, no se me hizo raro que llegara gente vestida elegantemente y con talla de importante. Inclusive llegaron varios autobuses repletos, y todos se metieron al edificio. Al entrar, nos percatamos de que casi la mitad de los asientos estaban reservados. Procuramos sentarnos lo más juntos posible. Segunda llamada. A media luz, una actriz sobre el escenario trazando lentamente algo sobre el piso con un gis. Butacas llenas, puertas cerradas, y elenco listo, se escuchó la Tercera Llamada.

El hijo es un drogadicto, el actor se convulsiona bien. La hermana le reclama sobre su vicio, la actriz (que era la que se hallaba trazando lo que ahora es un juego de avión sobre el suelo) es muy guapa, pero actúa como una niña de 15 con mente de 8. Digo "pero" porque por la manera en que habla y se mueve no parece una mujer, sino apenas una adolescente. Llega el padrastro y comienza a acosar a la hermana, el hermano no hace nada, ha prometido no decir nada a cambio de que el padrastro le dé dinero para mantener su vicio. La hermana ruega a su hermano que la defienda alzando la voz ante la madre, ya que ella por sí misma no la convence de la existencia del acoso. Al contrario, la madre cree que es más bien su hija quien se le insinúa a su nuevo novio. La regaña, todos vamos comprendiendo que desde la muerte del padre todo se ha deshecho. La única que no está tan enferma es la hija, que sólo quiere estudiar y salir adelante. Mitad como un fantasma, mitad como una alucinación, el padre muerto se le aparece al hijo. Primero como arrastrando cadenas, como avisando que ahí sigue. Todos entendemos que cuando la luz baja, y el hijo se queda solo, aparece el padre como un espíritu clamando venganza. No entendemos por qué, lo único malo que ha hecho la madre es tratar de seguir adelante consiguiéndose una nueva pareja. Al parecer el padre no tolera que otro hombre ocupe su sitio, pareciera incluso injusto que no quiera que su esposa sea feliz. Entonces el padrastro nos vuelve a recordar que es un patán, observamos que desea más a la hija que a la madre incluso en presencia de la última. Pero la madre se hace tonta, no quiere ver, no ha querido ver todavía.

El momento más impactante de todos ocurre en ausencia del padrastro. Una vez que la hija acordó por fin tener sexo con él a cambio de dinero, ésta se arrepiente y huye corriendo. Cuando regresa, se encuentra con su madre intentando ayudar al hermano quien está sufriendo una crisis por la droga. En el rostro de la hermana se ve que casi ha sido violada, en el rostro del hermano se nota los efectos de las apariciones hamletianas del padre. Los ruegos de la hermana, y las evasivas nerviosas del hermano, hacen que poco a poco la madre se dé cuenta de que algo realmente grave sucede. Por fin (y para alivio de todos) el hijo confiesa. La mamá enloquece de negación, el hijo la detiene, la hermana huye para siempre de la casa. Y entonces nos damos cuenta: fue la madre quien asesinó al padre por las golpizas que éste le daba. Desconsolada, sale de escena. Más tarde, el padrastro llega borracho, la madre lo rechaza, él cae al piso, la madre se va. Se quedan solos el hijo, el padrastro en el suelo y el espíritu del padre detrás del primero. Por fin todos nos damos cuenta de la puñalada que tiene el padre en la espalda. Se la dio la madre cuando el padre golpeaba al hijo, quien a lo largo de toda la obra nos ha demostrado el pavor que le tiene al señor, ahora fantasma. El padre, nuevamente, clama venganza. Anteriormente, sin que nadie se diera cuenta, ha dejado colgado su cinturón en la pera de boxeo que hay justo en medio de la casa para que el padrastro practique. El hijo la prueba, sí aguanta. Pero como no puede cargar al pesado hombre que está en el suelo, su padre se vuelve loco y comienza a gritar. Todo comienza a volverse caos, el hijo pierde el control y, en un último acto desesperado para oponerse por fin a la voluntad del padre, él mismo se pone la horca en el cuello. "¡Aquí se termina todo!" le grita a su padre, desesperado. Todos sabíamos que al final, él acabaría quitándose la vida. Todo termina, la obra concluye.

Los aplausos inundan el recinto, lo han hecho bien. Salvo algunos detalles en musicalización (en momentos tensos han puesto canciones que quitan la emoción), yo diría que el trabajo fue bastante convincente. Tengo que admitir que no es la obra que más impacto me ha dejado. No salí con un hueco en el estómago tan grande como en otras ocasiones que he ido al teatro. Pero los ruegos de la hija a la madre en presencia del hermano sí me han movido el tapete. A pesar de que es una obra que no deja dudas (pues sólo es para verse una vez), a todos nos ha gustado. Mis amigos y yo seguimos hablando de ella mientras vamos por algo de comer en los puestos que quedan cerca.

Primer Informe de Gobierno

Respetables Blog-escuchas (no les digo "lectores" porque suena muy pretensioso; ni los llamo "bloggeros" porque suena muy Internet-addicted). Quiero utilizar esta entrada para agradecer profundamente sus lecturas y comentarios en mis escritos. Este proyecto que inicialmente se pensó como un medio para publicar mis tareas escolares de cierta materia (aún con dicha función) se ha vuelto un foro donde puedo explayarme sobre mis más recientes experiencias. Es un placer exquisito vaciar mi cabeza de las tantas y tantas cosas que pienso sobre ciertos aspectos paritculares. Una vez más, les agradezco sus lecturas e ideas responsivas. No son sino retroalimentación pura para mí.
Pasando a otro tema, sé que debo varias entradas. Hasta donde recuerdo, revisiones de: El Infierno (film), Grandes Coros de la Ópera Romántica (concierto), y Where The Wild Things Are (film). Agrego: anexo a la reflexión de la última, postearé un pensamiento catártico que me surgió después de ver Alice in Wonderland (film), de Tim Burton, junto a un breve paréntesis basado en Inception (film), de Christopher Nolan. Además, pretendo revisar la puesta en escena El Rumor del Incendio, de Luisa Pardo y Gabino Rodríguez (a la que acudí ayer domingo 19 de septiembre). En la siguiente entrada, como ya anuncié y publiqué exageradamente demasiado que leer, expresaré brevemente mi percepción de la puesta en escena Sabor Amargo, de Estela Leñero, a la que acudí hace un par de semanas. Les deseo mucha suerte en el simulacro de mañana (que en realidad ocurrirá en algunas horas). LIB, cambio y fuera.