jueves, 9 de diciembre de 2010

Sistemas Emergentes: Refutación del modelo emergente aplicado al comedor de la Facultad de Psicología

Mediante el análisis correspondiente al modelo de sistemas emergentes desarrollado por Steve Johnson (2003), en su obra “Sistemas emergentes: o qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software”, el presente trabajo pretende refutar la hipótesis de que la dinámica de interacción en el nuevo comedor de la Facultad de Psicología en Ciudad Universitaria, UNAM, corresponde a las características de un sistema emergente, o de una conducta emergente, y por lo tanto, no es analizable desde la perspectiva de este modelo. Johnson desarrolla distintos casos para ejemplificar sistemas cuya conducta global (macroconducta), aparentemente inteligente, se desarrolla descentralizadamente; es decir, sin un “marcapasos” que establezca, dirija o regule las conductas individuales (microconductas) para resolver distintos problemas. De acuerdo al autor, las características principales para establecer un sistema emergente son que:
1.    La macroconducta del sistema se desarrolla descentralizadamente. No existe un dispositivo central que regule la conducta de los miembros del sistema.
2.    La macroconducta del sistema es sólo evidente cuando se observa al sistema en su totalidad. Los miembros del sistema no poseen por sí mismos los lineamientos para llevar a cabo la actividad global.
3.    La macroconducta del sistema se regula por un proceso de retroalimentación local de cada uno de los miembros. Los miembros del sistema no tienen acceso a la información del estado global del mismo. No son, ni necesitan ser conscientes de dicha información para llevar a cabo las conductas particulares que en conjunto convergen en una macroconducta observable.
4.    La macroconducta se autorregula y autoorganiza mediante el establecimiento de patrones probabilísticos sobre qué deben hacer sus miembros, resultado de la retroalimentación e intercambio horizontal de información entre ellos. El establecimiento de nuevos patrones y de la resultante autoorganización del sistema produce el aprendizaje suficiente para adaptarse a las circunstancias.
Tras dos observaciones minuciosas y sistemáticas de sesenta minutos cada una (la primera realizada a las 11 h. y la segunda realizada a las 17 h.), el autor del presente trabajo logró percatarse de que a simple vista no se presenta ningún caso de conducta emergente dentro de la dinámica de interacción en el comedor. Pareciera que todos los individuos se mantienen ocupados en sus propios asuntos y las distintas agrupaciones  (en su mayoría preestablecidas antes de llegar al lugar) mantienen una interacción aislada de las demás agrupaciones. No se percibe ningún patrón aparente de conducta y cada agrupación mantiene finalidades diversas para estar ahí. Ya sea la comunicación entre pares, compra e ingesta de alimentos y bebidas, organización de labores escolares, lúdica, o alguna combinación de éstos, no existe patrón unificado de actividad emergente ni organización aparente.
A continuación, siguiendo los lineamientos del modelo emergente, estableceremos las posibles causas que impiden que la dinámica de interacción en el comedor pueda (siquiera) considerarse como candidato a presentar alguna vez conductas emergentes autoorganizadas:
·         No existe el proceso de retroalimentación necesario entre los miembros del sistema para que el flujo de información sea tal, que se puedan crear patrones probabilísticos de conducta. Principalmente, por dos razones:
1)    La interacción no ocurre de manera aleatoria, los miembros interactúan específicamente con los miembros de las agrupaciones en que se encuentran, lo cual aísla el flujo de información entre todos los miembros del comedor.
2)    La comunicación no es horizontal ni exclusivamente local, varios elementos pueden intercambiar información  simultáneamente y permanecer en contacto con todos los miembros de las agrupaciones, teniendo constante consciencia de la situación global de su agrupación.
·         La diversidad de finalidades entre los miembros y la constante entrada y salida de los mismos al comedor impide la unificación de tareas y el establecimiento de patrones de conducta compartidos que pudieran permanecer y ser transmitidos posteriormente.
A manera de conclusión, el autor quisiera postular que, a menos de que el sistema favoreciera que los miembros permanecieran el tiempo suficiente para transmitir la información, y éstos tuvieran finalidades compartidas dentro del comedor, jamás podrá presentarse patrón emergente alguno dentro del área. El área de comida de la Facultad de Psicología no coincide con el modelo de sistemas emergentes.
Referencia
Johnson, S. (2003). Sistemas emergentes: o qué tienen en común hormigas, ciudades, neuronas y software. México: FCE.

¿Y la Psicología qué?: Contestación al trabajo “Transdisciplina, para pasar del saber al comprender” de Mandred Max-Neef, desde la disciplina Psicológica

Hablo en nombre de mí mismo, y de lo que he aprendido a lo largo de dos años y medio en la carrera de Psicología. Hablo en nombre de la poca Psicología Social que conozco pero que elegí como medio para ayudar a poner mi grano de arena en el cambio social. Quino, para los que tuvieron la oportunidad de leer su obra maestra: Mafalda, dice que si uno no se apura a cambiar el mundo, será el mundo quien acabará por cambiarlo a uno, y hasta ahora, la vida no ha podido reprimir en mí la percepción de que algo no está bien con esta forma en la que vivimos.
Max-Neef habló desde la economía para criticar la manera en que las universidades promueven la visión un mundo no humano que existe fundamentalmente para el uso y la explotación del hombre. Repasando la jurisprudencia, y las tradiciones religiosas occidentales, el autor evidencia deprimentemente que desde la revolución científica en el s. XVII, nos estamos acabando la Tierra.


El olvido de los anhelos vocacionales
Me toca a mí hablar desde la disciplina Psicológica. Los ideales mecanicistas y neoliberalistas se ven reflejados tanto en mi vida cotidiana como en mi Plan de Estudios. La gran mayoría de los estudiantes sigue optando por líneas terminales remunerables en vez de dedicarse a aquello que en realidad encuentran interesante. Esto es una realidad no sólo de mi Facultad, sino de la educación de mi país en general. Nosotros los jóvenes, tendemos a sentirnos atraídos, no hacia aquello que enriquezca nuestro espíritu, sino hacia aquello que nos llene mejor el bolsillo. Importante: no ignoro la realidad económica del país, ni  las condiciones actuales del mercado laboral, hay que tener de dónde comer. Sin embargo, la excesiva preocupación por tener un buen sueldo (alimentada por las exigencias sociales de nuestro sistema capitalista neoliberal) hace que la visión de los estudiantes se opaque, y promovamos la explotación terrestre en pro del enriquecimiento personal.
La sociedad nos exige que los estudiantes salgamos a trabajar tan pronto terminemos los semestres correspondientes. Entre más pronto nos titulemos mejor. Por eso algunos de mis amigos optan por temas de tesis sencillos, o mejor aún, deciden que la tesis es demasiado trabajo y prefieren estudiar para un examen de conocimientos. Muchos otros ni siquiera se titulan porque las condiciones les exigen que ejerzan como pasantes. Reitero, mi crítica no es hacia los estudiantes que deciden hacer examen, ni hacia aquellos pasantes que trabajan lo más pronto posible; mi crítica es hacia la tendencia de siempre buscar el camino corto, descuidando aspectos como la ética, la situación del planeta, y los verdaderos anhelos vocacionales del individuo, que muchas veces se ven replegados a “lo que quería ser de niño pero que nunca hice porque tuve que ponerme a trabajar” o “aquello que me gustaba hacer pero que cambié por algo mejor pagado”.
Alguna vez me tocó escuchar al buen Pablo Fernández decir que “Esta generación de desempleo es más difícil. Hoy en día los estudiantes están más preocupados en estudiar materias que aunque no les gusten, se toman con la intención de obtener trabajo, y el estudio de la Psicología pasa a segundo término”. Su argumento era que de conseguir, o no, trabajo de psicólogos, la Psicología es interesante, y el conocimiento en sí mismo y la universidad son interesantes. “Si uno puede lograr hacer que la realidad, que la Psicología sea interesante, independientemente si de eso vaya a vivir o no vivir, con eso ya tiene uno un logro gigantesco para el resto de su vida” A esto me refiero cuando hablo de la reivindicación de los anhelos vocacionales.

Los eternos debates que impiden la culminación de la transdisciplina
Con respecto a lo otro, la ética y la situación del planeta, pareciera que mi disciplina sigue en los mismos debates de la época de Descartes: si la mente y el cuerpo son lo mismo, o cosas separadas; o del siglo pasado: si la Psicología es ciencia natural o social. Nuestras tradiciones están peleadas, y no logramos converger en casi nada, salvo que el humano piensa (por fin nos dieron la razón los conductistas y se volvieron “cognitivo-conductuales”). Las mismas teorías de una sola tradición se ven feo, y nunca falta el profe que descalifica los demás profes diciendo que su materia es la única de verdad, y que las demás son sólo palabrerías. No hemos logrado la transdisciplinareidad.
Así, cuestiones como si el conocimiento psicológico se aplica éticamente o si nuestras aportaciones verdaderamente afectan el devenir del mundo para bien, pasan a segundo término. No hemos logrado comprender que las cosas no son así: no existe un mejor método, o una mejor teoría. Existe una diversidad inmensa, pero nuestro sistema educativo y laboral nos exige a especializarnos, dejando de lado, no sólo lo que nos gusta (como ya expliqué en el apartado anterior), sino también lo que nos pudiera servir como puntos alternativos de vista. El eclecticismo es duramente castigado en mi facultad, y mi postura no es alentarlo, del eclecticismo (a mi parecer, resultado de una imposibilidad para unificar el conocimiento) a la transdisciplina hay un gigantesco paso. Sin embargo, el hecho de que desde pequeños (primer semestre), la gran mayoría de los profesores no alienten la exploración de otras teorías, sesga nuestro entendimiento del mundo y de la realidad psicológica.

Conclusiones
No toda la Facultad es así. Inclusive, la reestructuración del Plan de Estudios a su versión actual (2008) es un ejemplo magnífico del esfuerzo por cambiar el esquema tradicional. Los estudiantes no nos atiborramos de materias de corte conductista desde los primeros semestres y tenemos, más bien, acceso a distintas tradiciones desde un inicio. Tenemos materias denominadas “Contextuales” donde el sistema educativo busca recuperar la importancia de la ética (Ética Profesional), la transdisciplina (Transdisciplina I y II), y otras áreas científicas y socialmente polémicas relevantes (Conocimiento de Frontera I y II).
            Aún así, el cambio de plan no es suficiente por sí mismo. No explicitaré reiteradamente que “lo que necesitamos es crear consciencia”, como lo hace todo el mundo que se queja de las problemáticas actuales. Además, si algo he aprendido a lo largo de mi estancia aquí, es que todos los cambios sociales (de creencias, actitudes, paradigmas) toman mucho tiempo. Mi trabajo no dice otra cosa que antes no se haya dicho, ni propone nada que antes no se haya propuesto, es simplemente una crítica personal hacia la manera en que estudiamos dentro de mi facultad, y que espero sirva como otro grano de arena en esta pretensión por reivindicar los verdaderos intereses y vocaciones de los estudiantes, y la importancia de lograr romper con el esquema monista teórico-metodológico para lograr la sincera comprensión de lo humano, con el único fin de reeorientarlo para integrarlo nuevamente a la naturaleza de donde surgió y perder así, en palabras de Erich Fromm, el miedo a la libertad.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Orisai's Back! : Desmontaje Hecho en CU

Regreso a ustedes!
Por fin, después de tantas semanas de no escribir nada (y no he escrito nada, créanme, ni siquiera las entradas que les prometí) regreso a ustedes con varias cosas que he presenciado a lo largo del semestre. Espero que esta vez pueda dosificarlas una a una. Comienzo pues, publicando la reseña de una obra que acabo de ver hace 9 días: Desmontaje Hecho en CU. Una vez más, y para frustración mía, el post (como la mayoría de las cosas que publicaré próximamente) es una reseña, no una invitación, pues la obra ya salió de temporada. Espero dejar las reseñas de cosas que ya están muertas, o que se volvieron a dormir, y que una vez termine con las que tengo pendiente, pueda publicar más bien invitaciones. Se las dejo:

Desmontaje Hecho en CU


















Tenía ganas de verla hace bastante, pero de una u otra forma siempre me quedaba con las ganas. El argumento que leí en la difusión me pareció muy interesante, saber que el elenco iba a estar conformado por alumnos y pasantes de la FFyL ayudó, y conocer el foro donde se presentaría fue decisivo. Desmontaje Hecho en CU de Alberto Villareal se presentó durante la temporada de otoño en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario.

Como a pesar de ser entrada libre, tenía cupo limitado, había que formarse desde mucho antes y a veces ni así uno alcanzaba lugar para entrar.

Sobre el escenario: al fondo, un conjunto con un chelista, un tecladista y un baterista; tenían bailarina. Al frente, varias sillas apostadas en dos hileras. En la pared sobre el conjunto se proyectaron diversos mensajes durante toda la puesta en escena.

La banda comienza a tocar, la bailarina a bailar. Es una música bastante movida. Los actores, todos jóvenes universitarios, comienzan a caminar rápidamente y a llenar sus lugares y a levantarse. Cabecean exageradamente al ritmo de la música, están muy emocionados, y parece que todos van en cámara rápida. Hay una pareja de universitarios que no va tan rápido, caminan de la mano observando a todo el público que se ha presentado, la chica arrastra un carrito que guarda varios juguetes. Entonces, la música para, y los estudiantes (interpretados por los actores) comienzan a hablar: se hace el Primer Manifiesto Oficial de los Derechos Fundamentales de los Espectadores de Teatro. Como preámbulo a la obra, los estudiantes promulgan los Derechos Fundamentales de los Espectadores de Teatro. En total, se llevan como 15 minutos en todo el preámbulo. Además, aprovechan para, por treinta segundos, expresar todo su aprecio al público, inmediatamente seguidos por cinco minutos de odio. Después, se retiran.


Como anunciaron durante el preámbulo, la obra no trata específicamente de nada. Es más como discurso (entiéndase discurso como mensaje, no como monólogo extenso y aburrido) sobre diversos elementos de la Universidad apoyado con música de fondo, coreografías teatrales, mensajes proyectados sobre la pared y, por supuesto, los diálogos de los actores, quienes en realidad casi nunca se hablan entre sí, sino se dirigen al público. El discurso abarca cuestiones como: la composición organizacional, institucional, geográfica, tipo-demográfica de la UNAM; los buenos y malos lugares para comer; historia del movimiento estudiantil del sesenta y ocho, y la situación actual de los jóvenes en el país.





Dado su carácter discursivo, no narrativo, es difícil establecer un resumen lineal de la trama. Sin embargo, trataré de detallar un poco sobre el argumento, dado que esta puesta en escena ya salió de temporada.


Preámbulo

Durante el preámbulo se estableció (a modo de broma, espero) que la obra iba dirigida no al público general en sí, sino a los padres de los estudiantes. Creo, más bien, que la intención de decir esto era causar risas entre los espectadores y criticar el hecho de que al teatro no va la sociedad sino sólo los amigos y familiares de los artistas y realizadores. Se protestó contra el hecho de que si bien, había derechos para los estudiantes, trabajadores e incluso ancianos, debería haber derechos para los espectadores, actores, para los tramoyistas, directores, productores (en estos dos últimos, creo, no hicieron buena cara), para los músicos, los bateristas, los tecladistas, los violonchelistas, las bailarinas. Colocaron una urna al frente y comenzaron a leer propuestas para establecer los derechos del público. Pasaron varias, negaron otras (por ilógicas), y casi todas las re-dirigieron a los administrativos (porque no les correspondía a los actores establecer si se podía comer dentro del escenario) [No debe hacérseme mucho caso, no recuerdo bien las propuestas. La anterior, bien podría ser un ejemplo míos que saqué de quién sabe dónde pero que ejemplifica el tipo de propuestas que fueron negadas o redirigidas]. Se hizo una rápida mención de todos los aspectos que abarcaría la obra después de anunciar que no trataría de nada y después se escuchó por parte de uno de los actores: “Tienen treinta segundos para demostrar su amor al público”. Durante todo esto, la música de la banda fue alegre e incluso solemne. Entonces se escuchó: “Ahora, tienen cinco minutos para demostrar su odio”. Por supuesto, la música cambió radicalmente, se volvió pesada, incluso metalera.

Composición organizacional, institucional, geográfica y tipo-demográfica de la UNAM

No me había dado cuenta, justo en el centro de la banda, donde en otras situaciones debiera estar el vocalista, había un modelo a escala de la rectoría que brillaba en la oscuridad. Los actores comenzaron a levantar las sillas y, uno a uno, los fueron llamando para ocupar el lugar que les correspondía dentro del campus central de Ciudad Universitaria. Una a una, cada facultad fue tomando su lugar, y cuando el estudiante se colocaban, declaraba en voz muy alta todas las carreras que se impartían en la misma. De las facultades pasaron a los institutos, las direcciones y los edificios administrativos. Se enunciaron todos los elementos que las conformaban, y en esto se tardaron un buen rato que quedó muy bien ambientado por la música y el dinamismo de los actores. Una vez terminaron, se proyectó sobre la pared la cantidad de alumnos, de cubículos, de institutos, facultades y otros datos que conformaban la Universidad.
Después, tal y como se había anunciado en el preámbulo, se procedió a explicar la composición tipo-demográfica de la UNAM: se hizo una analogía de las castas coloniales en la Nueva España, comparándolas con las castas actuales en la Universidad. Para esto, primero se repasó por completo los resultados de las uniones hombre español – mujer indígena, mulato – esclavo, indígena – saltapatrás, etc. Al frente del escenario, cada actor personificaba muy brevemente cada papel. Se veían: el hombre, la mujer y el resultado de la cruza. Iban y venían corriendo para ocupar sus lugares. Después se explicaron las castas en la UNAM y los resultados de las cruzas entre alumno – administrativo, profesor – director, porro – melavivoenlasislas, rector – Seguridad UNAM, entre muchas, muchas otras.

Los lugares buenos para comer, y los no tan buenos

A todos los lugares que mencionaron les encontraron un pro y un pero. La dinámica era la siguiente: uno a uno, tal y como en las facultades e institutos, los estudiantes eran llamados simbolizando un establecimiento de comida en CU. Hacían una breve descripción de lo que mejor los caracterizaba y mencionaban el “Costo Real”, esto es, lo que en verdad había que pagar (o hacer) para comer ahí. Se mencionaron, por supuesto: Las cafeterías de Filosofía y Arquitectura, el Psicotaco de Psicología, los puestos de comida de Química y Medicina, los tacos de canasta, entre muchos, muchos otros (que ya no recuerdo). Los costos reales de cada lugar eran muy diversos: había, por ejemplo, que tener suficiente dinero para pagar la excesiva cuenta (como en el Azul y Oro), o bien, soportar la tierrita de los tacos de Psicología, o saber encontrar a los señores de los tacos de canasta.

Movimiento Estudiantil del 68 y Situación de los Jóvenes en el País

Se hizo una narración, apoyada con música y elementos coreográficos de los sucesos que transcurrieron en los seis meses del movimiento estudiantil. Cuando comenzaron con la situación de los jóvenes, se proyectaron sobre la pared diversos datos estadísticos sobre la cantidad de jóvenes que no estudian, que no trabajan, que no llegan a la licenciatura, bachillerato, etc. Mientras tanto, los actores realizaban una coreografía teatral (con música de fondo) representando los jóvenes que trabajan en las manufactureras.

Otros elementos que ya no recuerdo bien pero que son igual de importantes

Igualmente, a manera de discurso coral y coreografía teatral, se mencionan las cuestiones que impiden que la UNAM se desarrolle como debería, y se exponen las distintas excusas que los jóvenes dan sólo por el hecho de ser jóvenes y que impiden su desarrollo, y el de la sociedad.

Pasando a otra temática, se hace mención de los Consejos a los Políticos para gobernar bien y se hace una representación a manera de video de Britney Spears (así lo anunciaron en el preámbulo) de la historia de la fundación de la Universidad.

Lo que no me gustó de la obra

Que hubo sabotaje por parte de los técnicos: en repetidas ocasiones, apagaban el micrófono por el cual hablaban algunos actores al enunciar elementos del discurso. Se veía que era intencionado porque sucedía solamente con ciertos actores, y la cuestión era, que el conjunto llegaba a comerse a los actores en algunas ocasiones.

Lo que me gustó de la obra


Que es muy divertida, y más al ser universitario, y que tiene un fundamento crítico muy importante. Estás completamente situado en contexto con las situaciones que se plantean en el argumento. Te tocan las estadísticas, las castas y las excusas que damos los jóvenes.




La obra es como un tour por CU, un tour audiovisual lleno de dinamismos y música. Tengo entendido, que además de entretener, el propósito fundamental de los realizadores era fundamentar el sentido del ser universitario, y hacer una crítica hacia las responsabilidades y obligaciones que tenemos para con la Universidad y la sociedad en general, por formar parte de algo tan grande e importante como la UNAM. La obra queda completamente ad hoc a la celebración de los cien años de la Universidad.

Conclusiones

A pesar del sabotaje técnico y de que, por lo mismo, la música se llegó a comer a los actores, la obra valió la pena completamente. Intenté verla nuevamente (en la última función) pero ahora sí, no alcancé lugar. Incluso formé parte de la muchedumbre que reclamó no se le diera acceso porque se habían colado bastantes que no estaban formados y que tampoco habían alcanzado ficha, con el mismo derecho, por lo tanto, de entrar como nosotros. Fue tal nuestra insistencia que resolvimos proporcionar nuestro nombre completo y correo electrónico para que se nos avisara e invitase personalmente si se hacía una nueva función fuera de temporada. Sólo me resta decir, para finalizar, que sería feliz participando en proyectos así.


viernes, 24 de septiembre de 2010

Netafísica

La netafísica es la rama de la pseudofilosofía que estudia las netas alcanzadas por el Ser. A diferencia de otras disciplinas, la Netafísica no busca ni el consenso ni el reconocimiento internacional de la validez en su contenido. La Netafísica es una verdad axiomática por sí misma, a menos de que se demuestre que no. Cuestionable, y sobre todo, contraargumentable, la netafísica no es falsa ni cierta, sino todo lo contrario. Es y se sostiene por una serie de razonamientos de método chaquetológico, igual que el monólogo de un comediante. Sin embargo, adiferencia del discurso cómico, que es en sí una praxis, el debraye netafísico no tiene aplicación en la realidad. Es simplemente una serie de pensamientos fumados aún más agradables que el discurso religioso, que por lo menos, no cobra cuota semanal (es gratuito).
El verdadero netafísico jamás se documenta al respecto de lo que dice, o si lo hace, procura leer solamente, o bien la parte de atrás de los libros (contraportada), o bien las primeras dos páginas de la introducción. Desarrollan teorías a partir del sinsentido común y a cada rato están señalando hechos de la vida cotidiana como evidencia empírica de su teoría.
Odiados por los científicos, filósofos y teóricos serios, los netafísicos (involución directa de los Sofistas griegos) suelen encontrasre en las aulas de las universidades, y siempre terminan sus conversaciones o ponencias con moralejas existencialistas.
Quién sabe, a lo mejor tú eres un netafísico y no te has dado cuenta. Sal del clóset, no pasa nada. No pasa de que la comunidad científica nunca te tome en cuenta. Pero ¿qué importa la opinión de un grupo de aburridos estudiosos de la realidad consensuada? La Netafísica es ante todo un placer, un gusto por encontrar la verdad en cada caja de cereal o en cada interpretación de las formas en las nubes. Si eres un netafísico, y aún no has encontrado tu neta, búscala y no temas. Ya encontrarás un grupo de fans que te siga, tal y como todos los que me están leyendo en este momento y creen cada palabra de lo que digo.


lunes, 20 de septiembre de 2010

Reseña de Emergencia: Hasta que la risa no se pare

El día de hoy, mi amigo Daniel me invitó a una puesta en escena titulada Hasta que la risa no se pare, dirigida por Carlos Ignacio, en el Teatro Juventud. Realmente, el recinto es vasto. Tanto en el área de butacas como en el escenario. Con la mitad del mismo basta y sobra para montar una de las obras del Club de Teatro de la Facultad de Psicología. Los presentadores tardaron bastante en dar las llamadas, hay gente de todas las edades, mayoritariamente vecinos de la zona que llenan por completo el teatro. Cuando se abre el telón, caigo en cuenta del nivel de producción que trae la obra tras de sí: escenografía elaborada, micrófonos ambientales (normalmente criticaría el hecho de que el actor no pudiera bastarse de su voz, pero el auditorio es enorme y vociferar le quitaría el toque), y –aquí entramos en peros– un elenco compuesto por actrices edecanes y actores carismáticos. No malos, pero decir que son de televisa confirma mis sospechas con respecto al dinero que está invertido. Incluso, para telonear, se escucha un corrido compuesto para la obra misma. A juzgar por estos aspectos, la obra promete. Y cumple, al menos, al público presente. Encontramos todos los elementos característicos de los sketches del 2 o del 9: chistes de doble sentido, albures, juegos de palabras y varias referencias locales que sólo los mexicanos entendemos. Brevemente, la historia se resume en la aventura en que se meten dos hombres casados –uno, el típico galán infiel, y el otro, el típico mojigato inocente– cuando sus esposas salen de viaje y ellos deciden contratar a dos sexoservidoras para divertirse. El conflicto surge cuando las esposas regresan prematuramente y se dan cuenta de las intenciones de los maridos, por lo cual, deciden disfrazarse de las trabajadoras sociales y entre vengarse, entre divertirse con ellos. Tenía mucho que no iba a una comedia en forma. El estilo de actuación es inconfundible: los actores se dirigen constantemente al público, divirtiéndolo, actuando con él. La mayor parte de los chistes son contados en posición abierta (de frente) para que todos los veamos. Sin embargo, desde un punto de vista exigente (mas no experto), el discurso es un poco bobo, rayando en lo simple. Lo mejor de todo no es en sí la trama, sino la cantidad de salvadas e improvisaciones que se echan los actores y actrices para satisfacer, no al público, sino a ellos mismos, que se la están pasando genial allá arriba. El público está complacido cuando la puesta en escena termina. , y todos aplauden. Para los no muy exigentes a la hora de reír, fue un buen rato.

Sabor Amargo

A todos los que me acompañaron a ver Sabor Amargo de Estela Leñero les hice la siguiente advertencia: "De no apurarnos, es posible que no alcancemos boletos. El domingo es la última función y las entradas sólo pueden conseguirse hasta ese día, no hay reservaciones ni pre-venta. Además, somos muchos, y no quiero que nadie se quede fuera". Afortunadamente, todos me hicieron caso y llegamos más o menos a la hora que tenía previsto: 90 minutos antes para comprar las entradas. Nadie llegó por su parte, aunque el Teatro Sergio Magaña no está muy escondido, no quise correr riesgos y los esperé a todos en el Metro San Cosme. No esperaba que el lugar estuviera tan vacío cuando llegamos, nos apresuramos a comprar los boletos y, dicho y hecho, el lugar se llenó de gente por ahí de las 5:30. Al ser última función, no se me hizo raro que llegara gente vestida elegantemente y con talla de importante. Inclusive llegaron varios autobuses repletos, y todos se metieron al edificio. Al entrar, nos percatamos de que casi la mitad de los asientos estaban reservados. Procuramos sentarnos lo más juntos posible. Segunda llamada. A media luz, una actriz sobre el escenario trazando lentamente algo sobre el piso con un gis. Butacas llenas, puertas cerradas, y elenco listo, se escuchó la Tercera Llamada.

El hijo es un drogadicto, el actor se convulsiona bien. La hermana le reclama sobre su vicio, la actriz (que era la que se hallaba trazando lo que ahora es un juego de avión sobre el suelo) es muy guapa, pero actúa como una niña de 15 con mente de 8. Digo "pero" porque por la manera en que habla y se mueve no parece una mujer, sino apenas una adolescente. Llega el padrastro y comienza a acosar a la hermana, el hermano no hace nada, ha prometido no decir nada a cambio de que el padrastro le dé dinero para mantener su vicio. La hermana ruega a su hermano que la defienda alzando la voz ante la madre, ya que ella por sí misma no la convence de la existencia del acoso. Al contrario, la madre cree que es más bien su hija quien se le insinúa a su nuevo novio. La regaña, todos vamos comprendiendo que desde la muerte del padre todo se ha deshecho. La única que no está tan enferma es la hija, que sólo quiere estudiar y salir adelante. Mitad como un fantasma, mitad como una alucinación, el padre muerto se le aparece al hijo. Primero como arrastrando cadenas, como avisando que ahí sigue. Todos entendemos que cuando la luz baja, y el hijo se queda solo, aparece el padre como un espíritu clamando venganza. No entendemos por qué, lo único malo que ha hecho la madre es tratar de seguir adelante consiguiéndose una nueva pareja. Al parecer el padre no tolera que otro hombre ocupe su sitio, pareciera incluso injusto que no quiera que su esposa sea feliz. Entonces el padrastro nos vuelve a recordar que es un patán, observamos que desea más a la hija que a la madre incluso en presencia de la última. Pero la madre se hace tonta, no quiere ver, no ha querido ver todavía.

El momento más impactante de todos ocurre en ausencia del padrastro. Una vez que la hija acordó por fin tener sexo con él a cambio de dinero, ésta se arrepiente y huye corriendo. Cuando regresa, se encuentra con su madre intentando ayudar al hermano quien está sufriendo una crisis por la droga. En el rostro de la hermana se ve que casi ha sido violada, en el rostro del hermano se nota los efectos de las apariciones hamletianas del padre. Los ruegos de la hermana, y las evasivas nerviosas del hermano, hacen que poco a poco la madre se dé cuenta de que algo realmente grave sucede. Por fin (y para alivio de todos) el hijo confiesa. La mamá enloquece de negación, el hijo la detiene, la hermana huye para siempre de la casa. Y entonces nos damos cuenta: fue la madre quien asesinó al padre por las golpizas que éste le daba. Desconsolada, sale de escena. Más tarde, el padrastro llega borracho, la madre lo rechaza, él cae al piso, la madre se va. Se quedan solos el hijo, el padrastro en el suelo y el espíritu del padre detrás del primero. Por fin todos nos damos cuenta de la puñalada que tiene el padre en la espalda. Se la dio la madre cuando el padre golpeaba al hijo, quien a lo largo de toda la obra nos ha demostrado el pavor que le tiene al señor, ahora fantasma. El padre, nuevamente, clama venganza. Anteriormente, sin que nadie se diera cuenta, ha dejado colgado su cinturón en la pera de boxeo que hay justo en medio de la casa para que el padrastro practique. El hijo la prueba, sí aguanta. Pero como no puede cargar al pesado hombre que está en el suelo, su padre se vuelve loco y comienza a gritar. Todo comienza a volverse caos, el hijo pierde el control y, en un último acto desesperado para oponerse por fin a la voluntad del padre, él mismo se pone la horca en el cuello. "¡Aquí se termina todo!" le grita a su padre, desesperado. Todos sabíamos que al final, él acabaría quitándose la vida. Todo termina, la obra concluye.

Los aplausos inundan el recinto, lo han hecho bien. Salvo algunos detalles en musicalización (en momentos tensos han puesto canciones que quitan la emoción), yo diría que el trabajo fue bastante convincente. Tengo que admitir que no es la obra que más impacto me ha dejado. No salí con un hueco en el estómago tan grande como en otras ocasiones que he ido al teatro. Pero los ruegos de la hija a la madre en presencia del hermano sí me han movido el tapete. A pesar de que es una obra que no deja dudas (pues sólo es para verse una vez), a todos nos ha gustado. Mis amigos y yo seguimos hablando de ella mientras vamos por algo de comer en los puestos que quedan cerca.

Primer Informe de Gobierno

Respetables Blog-escuchas (no les digo "lectores" porque suena muy pretensioso; ni los llamo "bloggeros" porque suena muy Internet-addicted). Quiero utilizar esta entrada para agradecer profundamente sus lecturas y comentarios en mis escritos. Este proyecto que inicialmente se pensó como un medio para publicar mis tareas escolares de cierta materia (aún con dicha función) se ha vuelto un foro donde puedo explayarme sobre mis más recientes experiencias. Es un placer exquisito vaciar mi cabeza de las tantas y tantas cosas que pienso sobre ciertos aspectos paritculares. Una vez más, les agradezco sus lecturas e ideas responsivas. No son sino retroalimentación pura para mí.
Pasando a otro tema, sé que debo varias entradas. Hasta donde recuerdo, revisiones de: El Infierno (film), Grandes Coros de la Ópera Romántica (concierto), y Where The Wild Things Are (film). Agrego: anexo a la reflexión de la última, postearé un pensamiento catártico que me surgió después de ver Alice in Wonderland (film), de Tim Burton, junto a un breve paréntesis basado en Inception (film), de Christopher Nolan. Además, pretendo revisar la puesta en escena El Rumor del Incendio, de Luisa Pardo y Gabino Rodríguez (a la que acudí ayer domingo 19 de septiembre). En la siguiente entrada, como ya anuncié y publiqué exageradamente demasiado que leer, expresaré brevemente mi percepción de la puesta en escena Sabor Amargo, de Estela Leñero, a la que acudí hace un par de semanas. Les deseo mucha suerte en el simulacro de mañana (que en realidad ocurrirá en algunas horas). LIB, cambio y fuera.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Teatro, Cine y Danza: Junio-Septiembre 2010


Mi maestro de actuación dice que el verdadero teatro perdura en la mente del espectador una vez la obra ha concluido. Este año por fin me expuse a lo que no me había expuesto en toda mi vida; si he de llamarme artista, supongo coherente que me exponga a los diversos trabajos de verdaderos profesionales. “Hacerme de buen oído”, pues. Tener criterios y bases. Saber. Poco o casi nada, pero no permanecer en la ignorancia. Quisiera rendir tributo a las puestas en escena que he presenciado a lo largo del año, exceptuando quizás dos presentaciones dancísticas; la primera en el teatro Benito Juárez llamada Momentos Inesperados, de Emma Pulido; y la presentación de Talleres Libres de la UNAM en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario. Dado que todavía carezco de capacidad para comprender el lenguaje de la danza, me limitaré a mencionarlas en esta revisión. Por otro lado, quisiera aclarar que la gran mayoría de las obras que mencionaré a continuación ya concluyeron temporada. No las estoy recomendando, a lo más estoy haciendo remembranza de lo que me dejaron en la mente y/o en el corazón, asegurando su trascendencia en mi blog.

Basta Morir de Iris García Cuevas, se presentó en el Auditorio de la Biblioteca Vasconcelos a finales de junio del año en curso, con la participación de la Escuela de Iniciación Artística No. 4 del INBA (generación 2004-2010). El argumento: una escritora se entera que su antiguo novio ha muerto, a ella no parece causarle tristeza. Un detective llega a su casa a averiguar el “aparente suicidio” del joven y le hace algunas preguntas a la escritora. Mientras la historia transcurre entre el ir y venir de muchísimos flashbacks, nos damos cuenta de que el detective también ha sufrido una enorme pérdida que no ha logrado superar. Ambos se enamoran, pero ninguno quiere decirse la verdad. Al final nos hemos dado cuenta de lo que en verdad ha pasado: tanto la escritora mató a su novio en un arranque de furia, como el detective mató a su esposa en un arranque similar de desesperación por la muerte de su hijo en un descuido de la madre. De ambos culpables, sólo uno resta para llorar todas las muertes cuando la escritora se suicida. Su amor no llega a término, queda interrumpido por la verdad que sólo al detective le queda afrontar. “Para perdonar hay que entender” se queda grabada en mi mente para siempre. El escenario se ha puesto de tal forma que todos los personajes están en escena, de espaldas, a las orillas del escenario. Sólo los que conversan se encuentran en el centro, de frente. No hay puertas, todos van y vienen a través de marcos enormes, que los actores atraviesan constantemente. Sucede que cuando un personaje sale de escena, enuncia su despedida al mismo tiempo que el personaje que entra enuncia su saludo. El escenario nunca se queda vacío, cuando alguien sale, alguien más, simultáneamente, regresa diciendo lo mismo. La obra ha sido satisfactoria, las actuaciones magníficas. Les recomiendo ampliamente la historia, está publicada.

En pausa es una creación colectiva de la compañía Bruja Danza, dirigida por Alejandra Ramírez. La puesta en escena de danza teatro comienza con cinco artistas realizando movimientos repetitivos y asilados. Ninguno se habla, ninguno se toca. Cada uno en su mundo. El Foro Sor Juana Inés de la Cruz, localizado en el Centro Cultural Universitario (CCU) se va llenando poco a poco un miércoles de junio. Los artistas comienzan a moverse narrando una historia. Yo no la entiendo, me falta muchísimo oído para ver la danza e interpretarla. De pronto todos se detienen y se levantan, una se sienta y comienza a fumar. Uno de los artistas se nos acerca y nos narra un instante de su vida que lo marcó para siempre. “Son estas pausas que nos marcan para siempre”, nos dice. Yo le creo, y entonces lo veo todo. La chica que se ha puesto fumar es violada y maltratada por los demás. Quizá eso fue lo que la marcó a ella, pero no nos lo cuenta. Antes de que logre encontrar el sentido de todos, las luces se apagan y nos damos cuenta de que el Foro nunca dio la tercera llamada. No lo necesitaba, desde que se empezaron a mover los artistas, ya habían captado toda nuestra atención. Tuve la fortuna de sostener una breve entrevista con la realizadora, quien nos contó que en realidad, toda la coreografía fue una creación basada en eventos verídicos de cada uno de los intérpretes. Nos promete más escenarios, yo espero algún día encontrarme algún anuncio que promocione a la compañía de Bruja Danza para que me cuente otra historia. Quizá esta vez esté más educado.

Instantáneas es una producción que se presentó en un auditorio (cuyo nombre ya no recuerdo) del Centro de Capacitación Cinematográfica. La obra en sí no me gustó del todo. El argumento relata las distintas problemáticas en diversas familias: un transexual que huye del rechazo de su padre y de la discriminación de una de las enfermeras en la cirugía para cambiarse de sexo, una madre soltera que reclama constantemente a su madre el despojo del nieto, un hijo que vive a la sombra de la madre por el hijo mayor que es invidente, una pareja que no puede tener hijos y que usan el engaño hacia ellos mismos para que ella pueda inseminarse de alguien más. La escenografía consta tan sólo de un escenario vacío salvo varios módulos: cubos huecos de madera que pueden apilarse para simbolizar una silla, una mesa, una cama, o un pedestal. Para cada conflicto existe un color que visten los personajes. La pareja viste de verde, la hija y su madre visten de rojo, los hermanos y la madre visten de azul, el chico que quiere ser chica y su amiga visten de rosa. Cada vez que los personajes del conflicto entran, varios flashes irrumpen en escena y ellos posan ante las cámaras, dejándonos claro que mucho de la vida social, se basa en las “poses” que tomamos ante los demás, aunque por dentro nos estemos deshaciendo, o sintamos alguna otra cosa.

En total, a lo largo del año he acudido a dos conciertos de talla académica. El primero fue parte del Ciclo Contempo presentado en el Centro Nacional de las Artes: Recital de Corno y Piano  por Mauricio Soto (en el corno) y Józef Olechowski (en el piano); y el segundo fueron los Grandes Coros de la Ópera Romántica en el Auditorio Nacional, presentando a La Orquesta Sinfónica de Minería, el Coro Filarmónico Universitario, el Coro ProMúsica y el Coro de la Facultad de Ingeniería, donde participó mi amiga Ingrid, de la Facultad de Psicología (UNAM). Del primer concierto, no me queda más que decir que si antes del 8 de Julio me hubiesen mostrado una serie de instrumentos y me hubieran pedido “identifica el Corno”, habría fracasado monumentalmente. No sabía que tal instrumento pudiera ser tan melodioso, entretenido e incluso dinámico. Inmediatamente mi mente viajó a los tiempos de Gondor; aquellos tenían que ser los antecesores del cuerno moderno. El segundo concierto fue más impresionante, estuvo magnífico.
Requiere una entrada completa que escribiré más adelante.


Soy Jasón, tengo 28 años se presentó en el Centro Cultural de la Diversidad. Una obra que no comprendí del todo. Una alegoría a la decadencia del género humano. Un mundo post-apocalíptico donde se hace referencia a los antiguos románticos y a una Ciudad de México devastada. Jasón busca la clave para recuperar las emociones y el romanticismo en su época. Como Alicia en el País de las Maravillas, se encuentra con varias figuras que entre que la orientan y la desorientan para alcanzar su objetivo. La inconformidad de Jasón lo obliga a viajar en el tiempo hacia inicios del siglo XXI, a nuestro tiempo. Y ahí, la obra concluye. No sabemos lo que encontró Jasón en nuestro tiempo, o si realmente nuestro panorama satisfizo su inconformidad ante la humanidad. No sé, a menos de que viniera muy recomendada, no iría a ver una obra a ese foro otra vez. Soy Jasón, tengo 28 años me dejó insatisfecho.

Hago un paréntesis para anexar aquí dos películas de cine de arte, y una de terror independiente, que aunque no cuentan como puestas en escena, valen la pena revisar: Tres Monos y Donde Viven los Monstruos se exhibieron en la Sala Julio Bracho del CCU, y en la Cineteca Nacional, respectivamente. El Festival Macabro proyectó en su inauguración la película Somos lo que hay en el género de canibalismo. El filme que presencié en la Cineteca me dejó tal impacto que reservaré una entrada para ella sola más adelante.

Tres Monos, de Nuri Bilge Ceylan, fue una proyección bastante… interesante. Mi experta amiga fanática y crítica de cine Chapitas me dijo que ya había experimentado el trabajo del director anteriormente, pero que esta producción en particular fue de lo más tediosa y molesta. “Todo el argumento que sucedió en dos horas…”, dice, “…pudo haberse resumido en cinco minutos”; un chofer que acepta ir a la cárcel para cumplir la condena de un asesinato accidental que no cometió a cambio de dinero de su jefe, el verdadero culpable. Mientras él está en la cárcel, el hijo y la madre tienen que arreglárselas, lo cual sucede más rápido de lo que esperamos ya que la madre decide pedirle un adelanto al jefe de su marido, iniciándose un amorío entre ambos. El padre sale de la cárcel, pero el hijo ya los ha descubierto, y calla. El esposo poco a poco se da cuenta de la verdad, pero no hace nada. Chapitas tiene razón, los personajes casi no dijeron palabra alguna. La historia sucede entre miradas y silencios. Aún así, tuve que discrepar con mi amiga; más adelante la cosa se pone bastante interesante. El hijo decide seguir a su madre, y descubre que en realidad, más allá del dinero, la esposa está desesperadamente enamorada del jefe de su marido. Incluso se arrodilla y le ruega se vayan a vivir juntos, pero el jefe se niega y la trata como a una cualquiera. El hijo entonces decide asesinar al jefe y confiesa su crimen a sus padres, quienes ya no pueden dormir juntos a causa de la tensión entre ellos. La trama llegó a un punto tal, donde lo único que pedía era, con terror, que la esposa no se suicidara tirándose desde el tercer piso en su tristeza y desesperación. Creo que nunca había pedido con tanto fervor que alguien no se muriera en una película. Aunque Chapitas sepa muchísimo más de cine que yo, diría que el filme valió la pena.


Nunca había escuchado hablar del festival de cine Macabro. Cuando llegamos a la Cineteca, había una fila grandísima. La sala se iba a llenar, era inminente. En la sala, diversos costales se convulsionaban para dejar salir a mimos que iban de aquí para allá haciendo locuras. Uno tocaba el acordeón, lo cual le daba a la sala un ambiente de prestige. El discurso inaugural fue de lo más pesado y extenso; sin embargo, logré darme cuenta que estaba rodeado por Fans. Fans-from-hell del cine de terror, Fans que sabían de caníbales, de zombies, de asesinos seriales y de toda clase de muertes tenebrosas. En mi caso, era mi primera película oficial de terror. Siempre nos han enseñado a diferenciar entre el terror y el suspenso. En este caso, la diferencia es mucho más abismal de lo que yo pensaba. Una familia de caníbales que se desintegra poco a poco tras la muerte el padre. Cuando éste no regresa a casa, alguien tiene que tomar el papel de líder para perpetuar “El Rito”, que consiste en comerse a alguien cierto día a cierta hora. Al parecer, la familia lo ha hecho por generaciones. El problema es que, ahora sin la ayuda del padre, es difícil conseguir una nueva víctima. La madre insiste en que no quiere volverse a comer una prostituta, así que se encierra en su cuarto y deja que los tres hijos, dos hermanos y una hermana, resuelvan el problema. El mayor debería ser el líder, aunque es el más temeroso; el menor es el más impulsivo, por pelearse con clientes del tianguis les han retirado su puesto en el mismo; la menor es la más inteligente, fría y calculadora, apoya al mayor para que asuma el papel de líder y se dé a respetar ante su hermano, quien constantemente lo está retando. A la trama se agregan dos antagonistas (quienes irónicamente, vendrían a tomar el papel de “los buenos”), un judicial y su pareja que buscan encontrar la verdad ante los extraños asesinatos que incluyen canibalismo. La película no cae en el gore, casi no hay sangre ni gente comiendo carne descaradamente. La mayoría de las muertes ocurren en planos ocultos, detrás de un librero o una pared. Los remates en el soundtrack dan a entender que alguien ha dado un hachazo en la cabeza a alguien. Es interesante escuchar al director hablar de los policías buenos como los antagonistas de la película, pero es cierto. Si los caníbales son los protagonistas, los policías (por mejores intenciones que tengan) no pueden ser sino los antagonistas al oponerse a las acciones de los primeros. Al final, me quedé con ganas de ver una película de zombies. Ni modo, será para el próximo año.


Zoot Suit, de Luis Valdés, fue un musical que me dejó con los pelos de punta de la emoción. Presentado en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón en el CCU, relata la historia del pachuco Henry Reyna y su lucha contra la represión social de los Estados Unidos ante los chicanos en ese entonces. Para todos aquellos los que no saben qué es un pachuco, basta mirar algunos trabajos de Tin-Tán (de quien soy profundo admirador). Música y Baile Swing (del cual soy Fan), canciones y una historia que involucra represión, discriminación y sociedad. El trabajo de la Compañía Nacional de Teatro es impecable. No digo más porque no hay nada más que decir. La historia es muy larga y no pretendo hacer un spoiler de la misma, vale la pena COMPLETAMENTE ir a verla de presentarse nuevamente. Se ha hecho una adaptación cinematográfica del musical, ha de conseguirse. Los dejo con la cosquilla y con una reseña de Cynthya García Leyva para la página de Difusión Cultural de la UNAM:


 Después de cuatro meses de trabajo de remodelación, el Teatro Juan Ruiz de Alarcón abrió sus puertas para el estreno en México de Zoot Suit, del dramaturgo chicano Luis Valdez.

"Zoot Suit comienza después de haber cruzado la frontera", dijo en conferencia de prensa Luis de Tavira, director de la Compañía Nacional de Teatro del INBA, que estrena, en coproducción con Teatro UNAM y Conaculta, esta obra escrita y dirigida por Luis Valdez (California, 1940), fundador del Teatro Campesino y a quien muchos consideran como el padre del teatro chicano.
A partir de una incorporación del modelo brechtiano, Valdez monta una obra de no pocas implicaciones. Hay en ella, para comenzar, una triple visión del autor sobre la figura del chicano: la que dibuja en el montaje original sobre la comunidad mexicana de los años cuarenta en Estados Unidos -que fue adaptado y llevado a la pantalla en 1981; ésa que supone precisamente pensar al chicano en las condiciones particulares de los setenta (década en la que se estrenó la obra) desde la propia experiencia de la chicanidad; y otra que se proyecta décadas después, en 2010, desde la nueva adaptación para teatro y desde una nueva -aunque todavía harto compleja- situación de los mexicanos en territorio estadounidense.
Zoot Suit es una obra que acentúa las preocupaciones sociales que atañen al teatro de Valdez, bajo esa idea del teatro como necesidad, como plataforma para la crítica; pero  es también esa agudeza llevada a escena que juega con la ambigüedad del título: la figura del pachuco representada a través del traje zoot (que también vestían otras minorías y grupos marginados en Estados Unidos); el término que alude a la cultura del jazz y el swing; ése otro que refiere a algo jocoso, "suave", "de onda"; y uno más, que quizás engloba todos los anteriores, el que sugiere la idea de mezcla, de multiculturalidad.
Si algo puede rescatarse del montaje de esta obra es el abanico de lecturas que se insinúa respecto a quién es el pachuco, el chicano, sobre el otro, sobre la natividad, sobre la hibridez cultural. Y es que los recursos utilizados no se resguardan en el vaivén del diálogo, se llevan al dinamismo del juego con el tiempo escénico -casi en lenguaje cinematográfico-, a las posibilidades que otorgan el teatro musical, la complejidad del spanglish (o espanglés) y de la situación cultural de quienes lo hablan, el drama y la comedia.
Con música del compositor chicano Lalo Guerrero (1916-2005) y bajo la realización de un gran equipo creativo mexicano, Zoot Suit deja claro lo que señalaría Luis Valdez días antes del estreno de su obra: "la cultura es una negociación, un intercambio".
(http://www.cultura.unam.mx/index.html?tp=articulo&id=1438&ac=mostrar&Itemid=188&ct=294)

Alguna vez vimos en clase el efecto producido por el choque de hipercampos entre los actores y los espectadores en un teatro. Sucede un fenómeno tal, que se logra una confrontación liberadora, la ruptura de barreras y el cambio en la manera de pensar de los presentes. Por supuesto, mi experiencia me ha dejado claro que esto no sucede en todos los casos. Y aún así, sigo sin entender qué fue lo que hizo que 9 Días de Guerra en Facebook de Luis Mario Moncada me dejara tan trastornado al salir del Foro Sor Juana. Considero pertinente mencionar el hecho de que el Foro Sor Juana es un teatro tipo Black Box; literalmente, una caja negra. Normalmente utilizado para abordar el teatro de búsqueda, el Black Box permite una intimidad con todas las dramaturgias (de escenografía, de argumento, de actuación, de musicalización, etc.) que no se puede lograr con escenarios convencionales. Los actores frente tuyo desarrollan la problemática a no más de dos metros de distancia. 9 Días de Guerra en Facebook es la primera de las únicas tres obras de carga sociohistórica que he visto hasta ahora; vaya la mención, llegaron varios puntos en la obra donde no entendía nada. Y es que este tipo de proyectos pueden tener dos consecuencias en el espectador. En primer lugar, evidencian nuestra necesaria ignorancia del mundo (y ni así podríamos anticiparnos a la temática de cada obra a la que pretendemos ir, e investigar a priori); de esta forma, infundan una segunda necesidad de ponerse a leer después de exponernos al argumento en escena. En sí, la obra relata una guerra virtual desatada en un foro de debate donde participaron cientos de facebookers sobre el conflicto Árabe-Israelí. A continuación, un fragmento del programa:
“Quien suponga que una u otra guerra tuvo inicio y tendrá fin lleva la candidez hasta la tontería. Mientras escribo esto las agencias de noticias despliegan en la franja de Gaza ejércitos de corresponsales, los jerarcas del mundo fingen meter freno al desenfreno de pólvora y sangre que en absoluto les interesa frenar, los gobiernos de Israel y de Palestina vuelven a cargar contra sus pueblos: el aniquilamiento de los otros justifica la muerte de los propios.
Hace un año y meses fue lo mismo, devastador y absurdo. Yo, en nombre de la paz, abrí un debate violento que se me fue de las manos. Luis Mario Moncada volcaba su asombroso talento en dramatizar con orden y coherencia el drama caótico que la palabra escrita orinó en la red social donde poco antes celebrábamos reencuentro y afinidades […] Si quienes escribían ante sus pacíficos ordenadores loando la nueva era del Hombre eran los mismos artistas e intelectuales que sacaron del talego de la brutalidad su fanatismo, podemos asumir que Babel prevalecerá sobre las ruinas de los evangelistas de la modernidad: Nunca fuimos hommo erectus, hommo ludens, hommo videns ni embeleco que se le parezca: fuimos y hemos de ser hommo babelicus incapaz de entender siquiera sus propios aullidos, su personal palabrería que, disfrazada de argumento, parece nutrida de neuronas pero lleva la sangre incurablemente infestada por el odio; y esto –¡qué tristeza!—alude a gente con postgrados y méritos diversos olvidados en el lodazal de la mala palabra que no es la altisonante sino la que se usa para apuntalar el crimen”.

Miguelángel Díaz Monges, autor del mensaje anterior, fue quien inició el sangriento novenario en nuestro mundo real. Con la ayuda de un pizarrón gigante a modo de muro de facebook, los actores se la vivieron como si estuvieran todos presentes a la hora de comentar en sus computadoras. Los vimos como realmente habrían estado: en ropa interior, semidesnudos, desayunando un plato de cereal en sus casas. De los argumentos pasamos a las pedradas, y de las pedradas a los insultos. Eso sí, siempre con sutileza e inteligencia. Fue impresionante observar una recreación gráfica del fenómeno Facebook, diecisiete personas hablando todas al mismo tiempo, comentándose entre sí. Algunas debatiendo, otras aprovechando para ligar. La obra culmina con Luis Mario (haciéndola de Miguelángel) eliminando a una de las participantes, cuyo acoso ya no soporta, y de quien ya no puede escapar. La disputa, más allá de los argumentos, se tornó completamente personal, la pelea ya no es en contra de las ideas, sino en contra de los que las sostienen. Y todos sentimos que en realidad, Rosalinda está muerta. Ha sido eliminada por el moderador y fue metida a la fuerza en una caja que emula una papelera de reciclaje. El moderador cierra el debate, todas las posturas están malheridas, el conflicto termina, y aunque no nos sentimos bien, aplaudimos el trabajo de los actores, quienes han expuesto virtuosismo y sublimidad al actuar. Salgo molesto, algo en el estómago me reprime y me estruja. Fue el Black Box, fue el hecho de ser mi primera, o casi mi primera vez. Fue el argumento, lo desconozco. Quiero ser actor, quiero participar en proyectos así. Dejar el mismo vacío en las vísceras que me dejaron a mí. Así tal vez le quite dos miligramos de anestesia a mi pueblo, tal vez encuentre una manera de lograr un cambio significativo en la sociedad. Es eso o caer intentándolo. “Sigue soñando” me dicen, pero justamente eso es lo que ocurre conmigo. Sigo soñando sin quitar los pies del suelo, no tiene nada de malo.